CUÁNDO QUITAR MI NOMBRE DE LA PUERTA
En Revelando Ideas queremos rendir homenaje a Leo Burnett, unos de los grandes publicitarios de la Historia y fundador de una agencia con su propio nombre que todavía hoy sigue siendo referente de la buena publicidad.
Por ello, compartimos su discurso más épico y emotivo: el de su despedida. A los 70 años, Leo Burnett decía adiós a su compañía dejando patentes los valores de lo que él entendía por publicidad esperando que su legado continuase en la agencia, y explicando a los suyos cuándo deberían quitar su nombre de la puerta:
CUÁNDO QUITAR MI NOMBRE DE LA PUERTA
“Déjame pedirte a mí cuando quitar mi nombre de la agencia. Será el día que pases más tiempo intentando ganar dinero y menos tiempo haciendo publicidad… nuestro tipo de publicidad. Cuando olvides la pura diversión de hacer anuncios y el subidón que da.
El clima creativo del lugar debe ser igual de importante que el dinero para esta gente especial: redactores, artistas y gente de negocios que compone la compañía y la hace funcionar. Cuando pierdas la inquietud de que lo que haces siempre puede estar mejor. Cuando pierdas las ganas de hacer un buen trabajo, independientemente del cliente, el dinero o el esfuerzo.
Cuando pierdas la pasión por cuidar los detalles y el odio por tener cabos sueltos. Cuando dejes de alcanzar con creatividad el matrimonio de palabras e imágenes que produce un efecto memorable, fresco y creíble. Cuando dejes de convencerte todos los días de la idea de que los mejores anuncios son la esencia de Leo Burnett. Cuando dejes de ser lo que Thoreau llamaba una corporación consciente, que para mí, significa una corporación de hombres y mujeres conscientes.
Cuando empieces a comprometer tu integridad, que siempre ha sido la sangre, tripa y alma de esta agencia. Cuando te bajes a lo cómodo y racionalices actos de oportunismo para ganar dinero fácil. Cuando enseñes pequeños signos de mala educación o de listillo y pierdas la sutileza.
Cuando tu interés principal sea el tamaño, ser grande, en vez de bueno, trabajador y brillante. Cuando tu visión se enfoque en la cantidad de ventanas que tiene tu despacho. Cuando pierdas tu humildad y te conviertas en un prepotente. Demasiado grande para tus zapatos.
Cuando de repente las manzanas* sean sólo para comer, no un símbolo de nuestro tono y profesionalidad. Cuando no estés de acuerdo con algo y empieces a machacar a la persona que lo hizo en vez de al trabajo en sí. Cuando dejes de construir ideas fuertes y vitales y empieces a producir como en una fábrica.
Cuando comiences a creer que para ser más eficaz, un espíritu creativo puede delegar y administrar y olvides que sólo debe ser cuidado, estimulado e inspirado. Cuando empieces a decir qué es una agencia creativa en vez de serla. Y, para terminar, cuando pierdas el respeto por el hombre solitario, en su máquina de escribir o mesa de dibujar o detrás de su cámara o simplemente garabateando con uno de nuestros lápices o haciendo un plan de medios.
Cuando te olvides del hombre solitario y gracias a Dios por él, porque hizo posible la agencia que tenemos hoy, en vez de al trabajo en sí. Cuando te olvides de que él es el hombre, el que siempre está trabajando más duro, quien a veces, aunque sólo sea por un instante, alcanza una de las ardientes e inalcanzables estrellas.
Ahí, chicos y chicas, será cuando insistiré en que quiten mi nombre de la puerta. Y pueden estar seguros de que se quitará”. Leo Burnett (Chicago, 1967)
Discurso íntegro (subtitulado en español)
*Los familiares de Leo temían que acabaría vendiendo manzanas en la calle. Esto fue un reto para él, que decidió regalarlas situando un bol de manzanas en la entrada de la agencia. Hoy, todavía se mantiene la tradición y los visitantes pueden disfrutar degustar manzanas.
Narrador más inconsciente que omnisciente, en busca de historias pluscuamperfectas.
Codirector de Punt de Gir (Productora Audiovisual Barcelona)