Cómo superar la verticalofobia (o miedo a los vídeos verticales)

cómo superar la verticalofobia o miedo a los vídeos verticales

Cómo superar la verticalofobia (o miedo a los vídeos verticales)

Como a la mayoría de vosotros, mis padres me educaron en la horizontalidad. El cine, la tele, los ordenadores… todo se proyectaba en horizontal. Yo no me consideraba verticalófobo, simplemente quería ser ordenado.

Pero pronto empecé a ver jóvenes armados con smartphones alterando el orden natural de los vídeos, mostrando su verticalidad en público, sin ningún tipo de pudor. Si Kubrick levantara la cabeza…

Su descaro me hacía sentir angustiado, trastocaba mis emociones primarias y apelaba a las expresiones más oscuras de mi naturaleza. “¡gira el móvil, invertido!” Llegué a gritarles.

“La verticalidad va contra natura”, me repetía mirándome al espejo y observando la horizontal disposición de mis ojos. Al fin y al cabo Dios parecía estar de mi lado.

Hasta que un día, por despiste, grabé un vídeo en vertical. Solo duró 7 segundos, pero el miedo se transformó en curiosidad. No es que de repente me fuera a convertir, simplemente empecé a sentirme formatocurioso.

Entonces me di cuenta de que todas las redes sociales ya eran vertical friendly. Tendría que evolucionar o me convertiría en un yayo contando batallitas de messenger y fotolog.

Observé también cómo la gandulería nos había invadido y que el 94% de la gente usa el móvil solo en vertical. Girar el móvil empieza a ser más de puretas que de puristas.

¿Y la paciencia? ¿Sabíais que la tasa de finalización de vídeos verticales es del 90% mientras que en horizontales solo un 30%? La paciencia no es carne de milenial…

Y aunque puedo ser feliz con mi tele de 35 pulgadas y el proyector que mi novia me regaló para reyes, lo cierto es que los móviles han ganado la partida y ya se reproducen más vídeos a través de ellos que en cualquier otro dispositivo. El monolito que adoraban los primates de 2001, Una odisea en el espacio es ahora el smartphone.

Después de todo esto, tampoco hace falta convertirse en talibán de la verticalidad. Cada cosa tiene su espacio. Pero yo, puedo decir con orgullo que soy un hombre multiformato.

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